COVID-19: impacto, lecciones y recomendaciones

COVID-19: impacto, lecciones y recomendaciones

Una alerta sanitaria internacional como la que enfrenta el mundo por la pandemia del COVID-19, genera una obligación a todos los gobiernos del mundo para articular una respuesta preventiva y asistencial de enorme magnitud. No se recuerda fácilmente una situación con los enormes impactos sociales y económicos como los que nos está generando esta situación. La región del SICA no escapa a esta realidad y debe ser capaz de enfrentarla correctamente.

Diversos intelectuales nos recuerdan la importancia de tomar las decisiones correctas que permitan medir cuidadosamente las respuestas para evitar una excesiva movilización de recursos sanitarios o una excesiva limitación de la movilidad y las libertades de la ciudadanía, de las relaciones comerciales y del funcionamiento de las empresas.

Hoy comprendemos más que nunca, que este tipo de problemas de salud pública, tienen un origen global que nos afecta localmente: el mundo como un todo está sufriendo los efectos de la pandemia por COVID-19. Al momento actual, con dimensiones diferentes, todos los países de la región se están viendo afectados por la enfermedad. Paradójicamente, cada país está planteando medidas, qué si bien no difieren en extremo, si se originan en percepciones de la realidad no coincidentes.

Y decimos, por qué como región que aspira a la integración, esta debería ser una situación que llamara a la generación de una línea de política, sino uniforme, si similar. Esto es algo que los gobiernos han comprendido y finalmente acordado en el “Plan de Contingencia Regional” suscrito en marzo del 2020. Igualmente, en la Declaración de los Jefes de Estado “Centroamérica unida contra el coronavirus” del 12 de marzo.

La salud global es un enfoque relativamente reciente y novedoso en el abordaje de los problemas de salud pública. Con el mismo se plantea ir más allá de las necesidades individuales de las personas y trasciende las fronteras de los países, basándose en las realidades globales y nacionales. Por ello, se ha consensuado que los grandes ejes que transversalizan la Salud Global son:

La justicia social

Los derechos humanos

El respecto al medio ambiente

La equidad y el bien común

El respeto a la idiosincrasia e identidad de los pueblos

Desde la salud global, las nuevas dinámicas de cooperación están caracterizadas por un ambiente de interacción y colaboración regional horizontal, enfatizando la investigación, la formación, capacitación de recursos humanos, y la vinculación y cooperación técnica.

Esta concepción llevó desde el año 2019, al Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP), como organismo internacional de carácter regional y que tiene como razón de ser el fortalecimiento de la gestión pública, a implementar un Centro de Salud Global que permita trabajar en la región apoyando a todos los países que la integran en la formulación y gestión de políticas públicas que respondan a los retos que enfrentan en materia de gerencia de la salud pública. En lo concreto, el Centro tiene como objetivo promover la investigación, la gestión del conocimiento, la formación y/o capacitación de recursos humanos, la vinculación y la cooperación técnica en la región del SICA en la temática de los sistemas de salud y seguridad social con un enfoque de salud global.

Enfrentar una pandemia como la actual, requiere de enormes capacidades de gestión de la institucionalidad pública, no solo de salud. Hay que superar la emergencia, pero debemos estar conscientes que el reto nos recuerda que no hicimos todo lo que debíamos, situación que hoy dificulta el proceso.

Tenemos sistemas de salud segmentados y fragmentados, que limitan la posibilidad de respuesta. Tenemos hospitales con serios problemas de gestión de camas, que limitan la disponibilidad de las mismas para la atención de la emergencia. Tenemos sistemas de salud no integrados en red y con limitadas coberturas que entonces no llegan a toda la ciudadanía.

Tenemos instituciones de seguridad social con limitadas coberturas no solo con sus servicios de salud, sino con sus sistemas de pensiones, empeorando con esta realidad, el nivel de pobreza de las personas adultas mayores y que hoy es la población de mayor riesgo de enfermedad grave y muerte con la pandemia por COVID-19. Tenemos sistemas de protección social que no cubren a los desempleados ni a los que trabajan en la informalidad, siendo esta la mayor parte de la población en toda la región.

En síntesis, tenemos débiles sistemas de protección social, no solo en la concepción de su modelo sino en su capacidad de gestión. Sistemas de protección social que deben ser revisados en conjunto como región.

El ICAP, consciente de esta realidad y consciente de su rol internacional y regional está comprometido, no solo en el abordaje de la crisis, sino en el proceso de gestión de esta y del reto que significará el retorno a la situación inicial, qué si bien no era la óptima, al menos generaba una situación de mayor certidumbre.

El Instituto en general, y su Centro en Sistemas de Salud y Seguridad Social, con un enfoque de salud global en lo particular, está a la orden de los países y de la región como un todo para enfrentar la emergencia por la pandemia por COVID-19 y las consecuencias en todas las esferas del desarrollo de los pueblos de la región.

Escrito por:
Dr. Mauricio Vargas
Coordinador de la Maestría en Gerencia de la Salud y del Centro en Sistemas de Salud y Seguridad Social.

Imagen del 23 de marzo de 2020
Fuente:
CORONAVIRUS RESOURCE CENTER

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