Un legado regional para un futuro global ICAP

-104- ICAP: Un legado regional para un futuro global realidades, y esto exige estimular la originalidad e irrupción de ideas poco comunes. Para el ICAP esto se traduce en la necesidad de ser una organización orientada a la innovación, porque solo en una cultura de innovación se desarrolla de modo sistemático la posibilidad de encontrar ideas, soluciones y prácticas no tradicionales. Obsérvese que al combinar interpretación de datos, cultura organizacional orientada a la innovación y pensamiento com- plejo, disruptivo y prospectivo, se crea la posibilidad de analizar las tendencias del desarrollo futuro con un grado mucho mayor de creatividad, fundamentada no en arbitrariedades sino en informaciones y conocimientos. Posicionamiento global: en el marco de la globalización y de la Sociedad del Conocimiento una organización con fines educativos por completo virtualizada, experta en inteligencia de datos, donde predomina una cultura institucional orientada a la innovación y a la prospección de políticas, se transforma de modo seguro en una institución de relevancia global, y es esto lo que explica el objetivo de convertir al ICAP en un actor internacional de primer orden en materias relacionadas con conocimientos administrativos, la gestión pública y las políticas para la modernización de Estados y gobiernos. La globali- zación del ICAP es, por lo tanto, la consecuencia del tipo de sociedad en la que se desenvuelve, de las necesarias transfor- maciones tecnológicas que experimenta en su modelo organizacional, y de un estilo gerencial y de liderazgo transformado en sintonía con las características de la Sociedad del Conocimiento. Es en este contexto que el ICAP propicia la existencia de la titulación conjunta global con universidades de liderazgo internacional en al menos cinco programas formativos. Es también fundamental la proyectada elaboración del Informe del Estado de la Administración Pública en Centroamérica, y la creación del Centro de Gobernanza Global como iniciativa conjunta de la Universidad de Beijing, la Universidad de Oslo y el Instituto Centroamericano de Administración Pública. Cuadro XXII ICAP, una visión integral del desarrollo regional En Centroamérica, Panamá y República Dominicana se han experimentado diversos períodos históricos, desde las sociedades coloniales, pasando por el modelo de desarrollo agro-exportador, el período de sustitución de importaciones, la apertura comercial y desmonopolización de los sectores públicos, has- ta el presente, cuando puede hablarse de transición hacia una estrategia de desarrollo centrada en la revolución científico-tecnológica, y en la generación, gestión y trasmisión de conocimientos. De estas distintas etapas se deriva una lección básica: para alcanzar el desarrollo humano integral se debe actuar simultáneamente sobre las variables económicas, sociales, políticas y culturales. La experiencia de la in- tegración económica centroamericana, por ejemplo, es una prueba contundente de que mejorar la tasa de crecimiento del producto interno bruto o el volumen de los intercambios comerciales no es suficiente para alcanzar el desarrollo de estos países, así lo afirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y lo confirma en sesudas investigaciones el Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP). Es necesario potenciar las variables asociadas a la productividad, la competitividad y la globali- zación de los sistemas productivos, pero estos fortalecimientos deben acompañarse con mejoras en las capacidades económicas y sociales de los mercados internos, de modo que las poblaciones accedan a empleos de calidad, no precarizados, y a los bienes y servicios de la educación, la cultura, la seguridad, la ciencia, la tecnología y la infraestructura, al mismo tiempo que se fortalecen y desarrollan los regímenes de libertades, la gestión política de los Estados y gobiernos, y la modernización de los sectores públicos. Es claro que el Instituto Centroamericano de Administración Pública juega un papel fundamental en el desarrollo regional al subrayar la urgencia de que los esfuerzos de modernización de los Estados y gobier- nos sean parte de un proceso de cambio más envolvente e integral. La simultaneidad de los cambios es el desafío principal de la región, y el ICAP, entre los años 2000 y 2019, ha innovado en sus dinámicas internas y en sus impactos sociales para situarse a la altura de esta exigencia.

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