Un legado regional para un futuro global ICAP

-49- (1954-2019) Si bien la integración económica centroamericana avanzó de manera sostenida y armónica en materia de institucional, gestión administrativa y dinamismo comercial entre los países, existían desde el principio variables de tipo social y político que dificultaron el éxito completo de la experiencia integracionista, tales como la extendida pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad social que afectaban a amplios segmentos poblacionales, combinándose estos rasgos con regímenes políticos autoritarios y militaristas. El esfuerzo de integración buscaba ampliar los mercados internos creando un mercado regional de libre comercio, y por esa vía elevar los niveles de productividad y competitividad de los sistemas económicos nacionales, y del conjunto de la economía de Centroamérica. La ESAPAC jugaba un papel fundamental en esta dirección al impulsar la mayor excelencia posible en el desempeño de los gobiernos y de los Estados. En las variables asociadas al intercambio comercial la integración centroamericana obtuvo resultados positivos; sin embargo, los rezagos sociales apuntados, y las dificultades experimentadas de gestión política, actuaron en perjuicio de la integración regional llegando a un punto de parálisis y desaparición hacia finales de los años setenta y principios de los ochenta. El descalabro de la institucionalidad integracionista no ocurrió como efecto de un mal desempeño comercial, sino debido a los problemas asociados a la gestión política y al subdesarrollo de las estructuras productivas. Cuadro VIII El Instituto Centroamericano de Administración Pública en las etapas de la Integración económica regional: adaptación e innovación A grandes rasgos puede decirse que el proceso de inte- gración en Centroamérica conoce tres etapas principa- les: la primera inicia en el año 1961 con la creación del Mercado Común Centroamericano, y concluye en el año 1980 cuando en la región se agudizan los rezagos socia- les y se deterioran las condiciones políticas y económi- cas como resultado de los conflictos internos, y de las coyunturas desfavorables de la economía internacional que hacia finales de los años setenta y principios de los ochentas, experimenta una grave recesión económica global; la segunda etapa transcurre entre los años 1980 y 1990, y puede caracterizarse como de parálisis. En este tiempo se intensifican los conflictos armados en Cen- troamérica, y se profundiza la crisis económica y social. La región, en medio de las guerras internas, inicia una muy difícil transición desde la estrategia de sustitución de importaciones que había sido impulsada por la Comi- sión Económica para América Latina y el Caribe, hacia una estrategia de desarrollo hacia afuera cuyos rasgos principales son la promoción de exportaciones, el re de los sectores públicos y la redefinición de los vínculos entre los Estados, los gobiernos y los mercados econó- micos; finalmente, la tercera etapa se extiende desde el año 1990 hasta el momento de escribir esta obra, y se caracteriza por la ausencia de conflictos armados en la región, los esfuerzos de aperturas democráticas en la mayor parte de los regímenes políticos y la consolida- ción de la estrategia de desarrollo hacia afuera (promo- ción de exportaciones y redefiniciones de los vínculos entre lo público y lo privado). El Instituto Centroameri- cano de Administración Pública ha estado presente en todas estas etapas, en ningún momento ha experimen- tado parálisis o virtuales desapariciones, todo lo contra- rio, se ha adaptado a los diversos entornos regionales e internacionales, y sobre esa base ha innovado de ma- nera permanente su gestión administrativa, financiera, de investigación, extensión, formación y capacitación. La Sra. Rethelny Figueroa, quien fuera directora subro- gante del ICAP entre los años 2010-2014, insiste en este aspecto y lo destaca como la característica fundamen- tal del desarrollo histórico-institucional ESAPAC–ICAP: su capacidad de adaptación e innovación en entornos cambiantes y conflictivos. Durante la primera etapa del proceso integracionista se produjo la transformación de la ESAPAC en el ICAP; en la segunda etapa el ICAP enfrentó con creatividad y profundidad los aciagos días transitivos de los años ochenta y, finalmente, en la terce- ra etapa, el ICAP ha intensificado su presencia interna- cional y enfatizado la importancia de la gestión del co- nocimiento y de la inteligencia de datos como vehículos para propiciar con mayor eficacia la modernización de los gobiernos centroamericanos. El actual director del ICAP, Sr. Alexander López Ramírez (2014 hasta la fecha), se ha propuesto, en sintonía con las nuevas coordena- das del desarrollo global, transformar la institución en un centro de gestión de conocimiento de alto nivel, y en esa línea de acción ha liderado importantes procesos de modernización institucional

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