Un legado regional para un futuro global ICAP

-75- (1954-2019) 2. ICAP: columna vertebral de la esperanza regional El volumen de las actividades del Instituto Centroamericano de Administración Pública durante los años ochenta es ex- traordinario, sobre todo si consideramos las difíciles condiciones que presentaba el entorno centroamericano. Todas las líneas de acción principales del ICAP, que venían desarrollándose desde su fundación, se mantuvieron incólumes y se fortalecieron, agregándose novedosas áreas de trabajo y programas académicos de inmenso valor y prestigio regional e internacional, como fue la creación del Programa de Maestría en Administración Pública, iniciado en junio del año 1980 en forma conjunta con la Universidad de Costa Rica y con la colaboración del Consejo Superior Universitario (CSUCA). Este programa alcanzó reconocimiento internacional por la calidad de los docentes y la pertinencia científica de los contenidos, y obtuvo una importante cooperación económica del gobierno canadiense para un período de cinco años. También en el año 1980 el ICAP fue admitido como miembro asociado de la Asociación Nacional de Escuelas de Asuntos Públicos y Administración Pública (NASPAA) de Estados Unidos, y se firmó un convenio de cooperación e intercambio con el Instituto Internacional de Administración Pública de París, Francia (IIAP), que le permitió al Instituto el intercambio de material docente y la cooperación para el fortalecimiento del Centro de Documentación del ICAP. En el año 1986, cuando el conflicto en el Istmo Centroamericano alcanzaba un elevadísimo nivel de tensión, y para muchos actores sociales y políticos era inevitable la intervención directa de las grandes potencias globales, se hizo evidente la inmensa capacidad de perseverancia e innovación que caracteriza al ICAP, y fue este rasgo institucional lo que le permitió no desaparecer, y más bien relanzarse cuando otras instancias regionales se paralizaban y desaparecían. Lo dicho es notorio cuando se repasan e interpretan los programas académicos, programas de capacitación nacionales y regionales, las investigaciones efectuadas, la producción editorial, los acompañamientos técnicos a las instituciones del sector público y algunos de los eventos realizados hacia mediados de los años ochenta. Si se toma como ejemplo repre- sentativo el año 1986, coincidente con los momentos más tensos y violentos de la década, la presencia técnica e intelectual del ICAP es decisiva, y permite afirmar que su presencia regional configuraba la más importante reflexión intelectual sobre los sectores públicos centroamericanos. En el año 1986 sobresalieron programas académicos como el Posgrado Centroa- mericano en Formulación y Administración de Proyectos de Desarrollo, y el Posgrado Centroamericano en Administración Pública, a los cuales se sumaron importantes programas de capacitación nacional y regional donde los temas tratados revelaban intereses prioritarios derivados de la convulsa situación social, política y económica de la región. De esos temas destacan los siguientes: Gestión de programas de alimentación (infantil y escolar), ejecución de proyectos para la promo- ción del desarrollo económico y social, gasto público, situación de las importaciones y las exportaciones. En el plano de la investigación, información y difusión sobresale el análisis sobre la organización y funcionamiento de las políticas de salud a través de los Programas materno-infantiles en Centroamérica, así como la consolidación del Centro de Documentación del ICAP, de las publicaciones periódicas y la edición de libros. Si a lo dicho se agregan los acompañamientos técnicos a las instituciones y los eventos especiales, es indudable que en la década aciaga de los ochenta el ICAP siguió siendo un referente esencial del pensamiento sobre la gestión pública, y de la cooperación técnica a los Estados y gobiernos de la región. Baste recordar el acompañamiento al Centro Agronómico Tro- pical de Investigación y Enseñanza (CATIE), y los ofrecidos al Instituto Nicaragüense de Energía, al Ministerio de Hacienda de El Salvador, al Servicio Civil de Guatemala y al Instituto Nacional de Administración Pública de Guatemala, entre muchos otros. Durante toda la década de los ochenta el Instituto respondió a los requerimientos de los sectores públicos a través de la cooperación especializada, los cursos nacionales y regionales, los programas académicos de alto nivel, el fomento de la gestión municipal y los eventos especiales referidos a las políticas de salud y el fortalecimiento de las pequeñas, medianas y grandes empresas agroindustriales.

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