Graduación 2020
- 16 - 2020 El pilar esencial de dicho legado y, que se mantiene vigente a la fecha, ha sido la capacidad de generar pensamiento propio en torno a la región centroamericana y a los diversos ámbitos del accionar público, el cual, además de dinamizar la vida intelectual, técnica y científica en la región, le ha permitido al ICAP ser una insti- tución que, no solo lleva las propuestas que surgen en Centroamérica al mundo, sino que trae las del mundo a Centroamérica. Ciertamente, esta fue una apuesta valiosa, que fundamentó la transformación de la ESAPAC en ICAP, ya que, logró ampliar los objetivos de la institución para in- cursionar en otros ámbitos de acción, dando paso a la estrategia de brindar a los países centroamericanos opciones de formación y profesionalización del servicio público, más allá de cursos de capacitación y seminarios. Es así como, desde 1980 a la fecha, el quehacer académico se constituye en un componente fundamental que determina la esencia del ICAP, manteniendo una oferta permanente de pro- gramas de posgrado especializados en diversas áreas de la Administración Pública. Desde hoy, ustedes pasan a formar parte de esta historia, uniéndose a la valiosa red de graduados y, sumándose, a más de 1774 personas de toda la región Centro- americana y la República Dominicana, que se han formado en el ICAP. Afortunada- mente, todas y todos ellos han visto crecer sus carreras profesionales, además de asumir el desafío más importante, que es lograr impactar la vida y el bienestar de los ciudadanos, desde sus funciones como servidores públicos. El elemento divergente y particular de su paso por la historia del Instituto, es que ustedes forman parte de una generación que, por diversos motivos, da luces del momento de transformación que experimentan los Estados y las administraciones públicas. Se trata de una generación que se constituye en un relevo generacional, con aspiraciones de mayor exigencia y éxito, con la presión de un mundo más abierto, más convulso y de mutación constante y que forma parte de la denomina- da cuarta revolución industrial. Este es un desafío que nos obliga a estar a la altura de una sociedad diferente, donde el conocimiento es la clave y el capital más im- portante para el desarrollo. Esto se evidencia, mirando y analizando una radiografía del mundo, al vislumbrar una revolución tecnológica, social, económica, democrática y geopolítica, que nos coloca en una región con países y ciudadanos que viven en un constante estado de incertidumbre respecto a las nuevas configuraciones derivadas de la intensidad, la rapidez y el alcance de los cambios que se suscitan. La sociedad se mueve y se trans- forma, en la medida, en que tengamos el conocimiento y las herramientas para in- sertarnos en esas nuevas realidades impulsadas por las mega tendencias mundiales. En consecuencia, estamos obligados a permanecer en un proceso de aprendizaje
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