Escenarios para un nuevo régimen internacional de cambio climático
-114-
cultivable, la escasez generalizada de agua, la disminución
del alimento, el incremento de las inundaciones y las
sequías prolongadas.
Las consecuencias serán aún más graves en las zonas con
fuerte presión demográfica, el efecto general es que el
cambio climático alimentará los conflictos existentes por
unos recursos en disminución, especialmente allí donde el
acceso a dichos recursos está politizado. Un claro ejemplo
son las tensiones entre el Estado de Israel y la Autoridad
Nacional Palestina, quienes vienen protagonizando, desde
hace varias décadas, luchas locales por el acceso al agua,
principalmente los pobladores palestinos. Numerosas or-
ganizaciones internacionales y de desarrollo, como
Oxfam
International
o
Amnesty International,
han denunciado en
reiteradas oportunidades que el gobierno israelí utiliza las
fuentes acuíferas de la zona como instrumento de presión
para someter a la población palestina.
Por otro lado, en cuanto a la situación de fragilidad y radi-
calización, el cambio climático podría aumentar significa-
tivamente la inestabilidad de los Estados debilitados o en
descomposición, debido a la incapacidad institucional para
atender las necesidades de la población en su conjunto.
La debilidad económica constriñe las posibilidades de
surgimiento de la población y el solventar las necesidades.
La falta de seguridad alimenticia mina las propias
bases de la subsistencia y, por tal motivo, las escalas
de migraciones que buscan mejores alternativas de
vida fuera de las fronteras nacionales se convierten en
variables inflamatorias de potenciales conflictos (Smith
y Vivekananda, 2007). Con base en este mismo estudio,
si bien Latinoamérica no presenta niveles de fragilidad e
inestabilidad política tan dramáticos como los africanos,
es importante indicar que tres países de la región: Bolivia,
Colombia y Perú se encuentran en situación alarmante de