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Alexander López R.
Por otro lado, las iniciativas ambientales que tienen un im-
pacto directo sobre la dinámica de cambio climático por
parte de los principales grupos económicos responden en
gran medida a motivaciones internas de esos grupos, y ra-
ramente están influenciadas por la Estrategia Regional de
Cambio Climático impulsados por la CCAD. Lo anterior no
significa que no sean efectivas pero, sin duda, su alcance
podría ser mayor si tuvieran un asocio con las políticas pú-
blicas regionales en esta materia.
La participación de estos grupos y del sector privado re-
presentado por las cámaras en las instancias regionales ha
sido más reactiva que propositiva; por ejemplo, si tomamos
el proceso hacia la COP15 en Copenhague, se notará que
solamente la Cámara de Industrias de Costa Rica fue la úni-
ca que se pronunció, regionalizando esta posición. En esta
línea, puede decirse que únicamente la FECAICA (Federa-
ción de Cámaras Industriales de Centroamérica) ha soste-
nido una participación relativamente activa en materia de
cambio climático, y la FECATRANS (Federaciones de Trans-
porte de Centroamérica) ha trabajado una propuesta espe-
cífica en el área de mitigación con posiciones regionales.
También, un ejemplo donde se registra alguna participación
de los grupos económicos centroamericanos es el caso de El
Foro del Clima de América Central (FCAC), grupo de trabajo
dirigido por el Comité Regional de Recursos Hidráulicos del
Istmo Centroamericano (CRRH/SICA), en el que participan
expertos en meteorología, climatología e hidrología de los
servicios meteorológicos, Universidades y Empresa privada
de la Región Centroamericana.
En general, la visión desde la institucionalidad, que cobra
cada día más fuerza en relación con la participación de
los grupos económicos en el tema del cambio climático,
se circunscribe a la promoción de las alianzas público-
privadas dentro de la lógica de la responsabilidad social
corporativa. Ahora bien, por lo general, en la región