Escenarios para un nuevo régimen internacional de cambio climático
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determinada actividad económica. Por tales razones, las
medidas para hacer frente al cambio climático tienen que
encajar o aproximarse en la medida de lo posible con las
expectativas de desarrollo de los países, a fin de lograr un
compromiso viable en estos, en particular, considerando
los objetivos de crecimiento económico y las necesidades
en materia de desarrollo humano.
De esta premisa surge, precisamente, todo el desarrollo
moderno sobre la incorporación, dentro de los esquemas
multilaterales de negocios, los temas relativos al comercio
de emisiones de carbono, incorporación de capítulos am-
bientales en acuerdos de libre comercio bilaterales o mul-
tilaterales, sistemas de certificación de productos, “ecoeti-
quetas”, entre muchos otros (IISD & UNEP, 2001).
Así, los vínculos entre ambiente y comercio son, además de
importantes, múltiples y complejos (ver figura 3.1). Tal es el
caso de los efectos negativos causados al medio ambiente
por ciertos productos que representan un elevado riesgo
a la integridad del ambiente y la salud humana, tales como
sustancias tóxicas y nucleares. O bien, simplemente bienes
que los países receptores no pueden procesar. La liberali-
zación del comercio puede causar, además, cambios en la
estructura económica de un país, haciendo que produzca o
explote mayor cantidad de aquellos productos que fabrica
o que tiene en abundancia, para canjearlos por otros que
no responden a tales condiciones (IISD & UNEP, 2001).
Sin embargo, las interrogantes básicas de los países
miembros de la OMC van más allá. El foco de atención
actual gira alrededor del régimen comercial luego de la
COP21, 2015. Con la puesta en práctica de tal régimen,
es probable que se adopten varios mecanismos y políticas
relacionados con el comercio, que comprenden desde
instrumentos basados en incentivos para el logro de
una transición energética sostenible, la difusión y la
transferencia de tecnologías limpias, hasta la utilización de